Durante la esterilización, el envase sufre presiones internas y externas. El envase debe resistir a éstas sin sufrir desperfectos.
Las latas a llenar no deben presentar oxidaciones, perforaciones, magulladuras ni defectos de unión. La coloración del interior del evase debe ser uniforme. El barniz debe quedar adherido a la hojalata.
Antes de llenar los envases, éstos se lavan y se preesterilizan a vapor. Los botes se dejan escurrir. Después los botes se llenan con una cantidad uniforme del producto. Luego, se agrega el jarabe, o el agua salada a las frutas y hortalizas. El jarabe y el agua salada deben estar calientes. Es importante dejar un espacio de 5 mm entre el nivel del líquido y la tapa insertada. Este espacio se llama espacio de cabeza.
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