Para la elaboración de la leche de soya, se deben remojar las semillas en agua. Luego de remojarlas, éstas se desintegran en agua tibia; para ello se utiliza un molino coloidal. Enseguida, la pasta se calienta para destruir los compuestos antinutritivos. Después, la pasta lechosa debe ser centrfugada o filtrada para separar los compuestos solubles que le dan un sabor desgradable al alimento. Al final, el resto del producto se seca por atomización, y se obtiene la leche de soya en polvo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario